Saludo de Pascua

Feliz Pascua de Resurrección:

En estas fiestas de Pascuas donde la comunidad cristiana se reúne para celebrar la vida, extendemos un saludo, muy especial, a todos los creyentes que se comprometen, desde su bautismo, a fortalecer la familia y la iglesia, haciendo presente la experiencia del Resucitado, Señor de la historia, que nos invita a poner a su servicio nuestros talentos y cualidades, para así tener una comunidad viva que forme desde allí a la iglesia, pueblo de Dios.

Que esta experiencia pascual nos permita tomar conciencia de lo que somos y que estamos al servicio de una sociedad que busca ser más justa e igualitaria.

Reciban, alegremente, un cordial saludo todos los feligreses de nuestra comunidad, y esperamos que todos nos renovemos en este compromiso bautismal.

Padre Edgardo Cedeño.
Párroco de la Iglesia Virgen de la Medalla Milagrosa.

Compartir la Luz

Hu-Song, un filósofo oriental, contó una historia a sus estudiantes:

“Varios hombres habían quedado encerrados en una oscura caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo y uno de ellos logró encender una antorcha pequeñita. De todos modos, la luz que daba era tan escasa que a duras penas dejaba ver algo.

Al hombre, a pesar de su decepción, se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendiera su propia antorcha. Así, compartiendo la llama con todos, la caverna se iluminó”.

Uno de los discípulos preguntó a Hu-Song: "¿Qué nos enseña este relato maestro?". A lo que Hu-Song contestó: "Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que al compartirla, nuestra luz no se desvanece sino que, por el contrario, crece”.

Hagan esto en memoria Mía...


La Semana Santa está cargada de signos: el agua que representa la vida y la bendición de Dios; la luz que representa a Cristo quien ha iluminado nuestras vidas; el pan compartido, los pies lavados, las velas encendidas, las imágenes cubiertas, pero, sobretodo, domina el silencio de la oración.

En ella recordamos cómo Jesús ha triunfado sobre la muerte y cómo nos ha confiado la tarea de compartir el pan en memoria suya, por eso, más que creer en Él, tenemos que creerle a Él.